Sentido y presentido,
profundo, como un sueño,
ha llegado a la casa un niño de trigo,
dulce y risueño.
Haga sol o haya sombra,
entre las llamas
o en lo hondo del palacio de la lluvia,
sus piececitos
bordan mil huellas dulces en la penumbra
y encienden mi emoción cada mañana.
Y crece tan de prisa
que no me ha permitido hacer ajustes
ni en la mirada ni en la sonrisa.
Mirándolo jugar, celebro a veces
-hasta con creces- sus ocurrencias
y observo pensativo, sin pestañear,
cómo le roba al gato
su cuota diaria de lagartijos
o quebranta polluelos
quebrando huevos en el corral.
¡Y es tan lindo mi Niño!
Ya hace pininos, ya el inmenso hemisferio
de la cuchara y los dientes punzantes del tenedor,
guiados por su mano llegan con tino
a su boquita dulce como una nana y, algo mejor,
sabe la diferencia
entre diestra y siniestra y un sí y un no.
¡ Y es tan lindo mi niño!, tan lindo y sabio,
que hoy en su cesta trae para mí,
versos -y una esperanza que crece a diario-,
¡justo lo necesario para vivir!.
Magaly Quiñones
Puerto Rico, Diciembre 2010
Lindo poema, Magaly.
ResponderEliminarLlena de esperanza y alegría.
Un beso.
Tali.